Erin Brockovich es una persona real cuya historia fue llevada a la pantalla grande en la película del mismo nombre en 2000. Nacida el 22 de junio de 1960 en Lawrence, Kansas, Brockovich se convirtió en una figura pública cuando su lucha contra una empresa de energía por contaminación del agua en la ciudad de Hinkley, California, resultó en un acuerdo multimillonario para las víctimas.
Brockovich trabajaba como asistente legal en el despacho de abogados Masry & Vititoe cuando comenzó a investigar los extraños problemas de salud de los residentes de Hinkley. Descubrió que la empresa Pacific Gas and Electric (PG&E) había contaminado el agua con cromo hexavalente, un químico cancerígeno, y ayudó a las víctimas a demandar a la empresa por los daños sufridos.
Su valiente lucha y determinación se convirtieron en un símbolo de la lucha por la justicia ambiental y la protección de los derechos de los consumidores. Después del caso de Hinkley, Brockovich continuó trabajando en temas de salud y medio ambiente, abogando por la limpieza de sitios contaminados y la regulación de productos químicos peligrosos.
Actualmente, Erin Brockovich sigue siendo una activista medioambiental y defensora de los derechos de los consumidores, dedicada a concienciar sobre los riesgos para la salud asociados con la contaminación y la exposición a sustancias tóxicas. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo y sigue siendo una inspiración para aquellos que luchan por la justicia y la transparencia en todo el mundo.
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